Ya lo veníamos presenciando desde hace tiempo, pero la crisis sanitaria derivada de la COVID-19 ha acelerado el uso de las nuevas tecnologías en el ámbito de la salud y la investigación. Creando, por ejemplo, todo tipo de dispositivos inteligentes para detectar el más mínimo síntoma que indique contagio o diseñando nuevos patrones de investigación. Como consultora informática queremos detenernos en ello.
La IA (Inteligencia Artificial) tiene por lo tanto innegable presencia en el contexto actual. La startup canadiense BlueDot, gracias a un algoritmo basado en inteligencia artificial, la predijo a través del procesamiento y análisis de noticias de todos los países del mundo sumada a información de rutas de vuelos comerciales y brotes de enfermedades. Lograron predecir la existencia de una enfermedad potencialmente pandémica y su trayectoria más inmediata.
La aplicación de la IA en esta pandemia ha hecho posible un mayor control sobre la propagación del virus, ha participado activamente en el diagnóstico, tratamiento e investigación.
Software inteligente de detección del virus
Destaca la creación de un software que ha demostrado tener una mayor precisión que los mecanismos radiológicos empleados para la detección de neumonía común. En el Hospital de Monte Sinaí (Nueva York) se puso en marcha este software basado en inteligencia artificial. A través del análisis de centenares de imágenes de radiodiagnóstico, permitió distinguir si un paciente estaba contagiado por COVID-19. Un software basado en inteligencia artificial similar al que se utiliza en el Hospital del Mar de Barcelona. A través del desarrollo de un algoritmo con más de 6.000 radiografías de tórax de pacientes COVID-19, se obtuvieron diagnósticos más precisos y fiables.
Por otro lado, las apps han tenido un papel fundamental para evitar el colapso de los sistemas sanitarios. Por ejemplo, asistentes médicos virtuales para reorientar los triajes y pre-diagnósticos. Estas apps suelen contar con un algoritmo basado en inteligencia artificial y permiten realizar un diagnóstico preciso, pronosticando el nivel de urgencia y remitiendo al paciente al especialista adecuado. Proporcionan, además, un diagnóstico diferencial con un listado de otras enfermedades que comparten síntomas con la COVID-19. También disponen de recomendaciones de actuación ante posibles contagios.
En Imagar te recordamos que el Big Data, combinado con la IA, está ayudando a la comunidad médica a comprender el comportamiento de la COVID-19 y a acelerar su investigación analizando un gran volumen de datos.
En muchos casos son aplicaciones capaces de recoger, analizar e interpretar datos relativos al tratamiento médico empleado, su evolución, las posibles complicaciones, etc.
Algoritmos de Inteligencia Artificial
Otras herramientas son capaces de predecir los comportamientos del virus SARS-CoV2, en base al procesamiento y análisis de una gran cantidad de datos biológicos de pacientes de diferentes hospitales. Lo hacen usando algoritmos de inteligencia artificial.
Por otro lado, un grupo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology desarrolló un nuevo sistema de inteligencia artificial para detectar a asintomáticos y positivos a través de la tos forzada. Los investigadores mantienen que existen pequeños matices entre la tos de una persona sana o asintomática y la de un enfermo de Covid-19. Para ello, pusieron en marcha una página web donde personas voluntarias registrasen sus toses, rellenando una encuesta sobre si presentaban algún síntoma relacionado con la Covid-19 o habían sido diagnosticados como positivos.
Los investigadores usaron esas muestras para entrenar al algoritmo de inteligencia artificial. El sistema logró identificar con una eficacia del 98,5% a los contagiados por COVID-19 sólo a través del análisis de su tos. El siguiente paso es crear una aplicación móvil basada en este sistema de inteligencia artificial, una nueva herramienta de diagnóstico rápida, sencilla y económica.
En definitiva, la inteligencia artificial está teniendo un peso determinante en la lucha contra la COVID-19. En el control, prevención y diagnóstico del virus.