Si eres analista programador seguro que ya tienes claro que el contenido es una de las partes más importantes de la web. Hablamos de lo que se conoce como “arquitectura de la información” (AI), que forma parte del proceso de diseño UX. En este post vemos qué es la AI y cómo aplicarla.
A modo de resumen, podemos decir que la arquitectura de la información es la capacidad de organizar la información del modo más claro y lógico posible. Se trata de que el usuario pueda encontrar lo que está buscando fácilmente. Aparte, permitirá añadir fácilmente nuevas funcionalidades y escalar el producto.
Una meditada arquitectura de la información es clave en el mundo del marketing. Se trata básicamente de estructurar la información para ofrecer la mejor experiencia a los usuarios. Los expertos en arquitectura de la información pueden ser diseñadores, analistas de experiencia de usuario (UX), productores de contenido o desarrolladores. Todos necesitan conocimientos en materia de arquitectura de la información para crear activos digitales útiles e intuitivos.
¿Qué es la Arquitectura de la Información?
Según el Information Architecture Institute (Instituto de Arquitectura de la Información) esta disciplina responde a la siguiente definición: “La arquitectura de la información es la práctica de decidir cómo organizar las partes de algo para que sea comprensible”.
La IA busca ayudar a las personas a encontrar lo que están buscando. Es por eso un pilar de la tecnología y la organización de las empresas, clave en un contexto de transformación digital.
En Imagar te recordamos que el contenido ha de estructurarse de forma comprensible, seguir una lógica simple y tener presentes las posibilidades de interacción. No se trata solo de mejorar la presentación de un sitio web, aplicación u otro tipo de proyecto. Su importancia es mucho más profunda. La IA posibilita el desarrollo de productos y servicios orientados a ofrecer calidad en la navegación y en la usabilidad. Permite a las empresas ahorrar tiempo y dinero al saber el cliente qué es posible hacer dentro de su página y en cada una de las secciones.
Se trata de que no haya inconsistencias e incoherencias que provoquen que el usuario se pierda y abandone la web. Como consecuencia, no alcanzaremos nuestros objetivos de vender, conseguir suscriptores o ganar notoriedad.
Arquitectura de la información, aspectos clave
Esencialmente se trata de organizar, estructurar y etiquetar correctamente todos los elementos de una web. Para, en definitiva, ayudar al usuario a encontrar la información que desea.
Lo primero es definir todo aquello que se quiere incluir en el proyecto, desde el contenido hasta las funcionalidades a ofrecer. Hay que ahondar en lo que está ofreciendo la competencia (benchmarking). Lo siguiente es definir las distintas secciones o menús. La clave es descubrir qué esperan encontrar los usuarios cuando navegan por la web e intuir dónde esperan encontrar cada ítem. Por ejemplo, el de la tienda online o el del formulario de contacto. Hay profesionales que optan por realizar entrevistas o encuestas a los usuarios para saber cómo y por qué utilizan un producto determinado. Después se tratará de trazar las relaciones y agrupaciones entre los contenidos. Puede ser necesario renombrar algunas categorías.
Cuando hablamos de la arquitectura de la información no nos estamos refiriendo a los sitemaps. Estos son tan solo un listado que hace referencia a todas las páginas que hay. Tampoco nos estamos refiriendo a la navegación. La arquitectura de la información guía al usuario a todas las partes de la web o app mediante enlaces.
En definitiva, la arquitectura de la información es un documento que define la organización y relaciones entre todos los elementos. De ella depende todo lo demás, también los wireframes, los prototipos y el diseño final.