Como consultoría informática, en Imagar queremos empezar este artículo planteándote una pregunta ¿en qué piensas si te hablamos de computación cuántica? Imaginamos que, como a la mayoría de las personas, se te hayn venido a la cabeza laboratorios ultraespecializados, científicos con bata y un futuro aún distante. Sin embargo, la computación cuántica ya no es solo una curiosidad académica: ha comenzado a mostrar aplicaciones reales, incluso para empresas medianas que buscan mejorar su rendimiento, su capacidad de análisis o su nivel de innovación.
Nosotros creemos que es el momento de comenzar a prestar atención a esta tecnología. No porque mañana vayas a reemplazar tus servidores por un procesador cuántico, sino porque las empresas que empiecen a comprender cómo funciona y en qué puede ayudarles, estarán un paso por delante cuando esta revolución sea parte del día a día.
¿Qué es la computación cuántica y por qué empieza a importar?
Antes de lanzarse a imaginar soluciones, hay que entender el terreno. La computación cuántica no sustituye al ordenador clásico, sino que funciona de manera complementaria para resolver problemas que son imposibles o extremadamente lentos de resolver con los ordenadores actuales. A diferencia del bit clásico (0 o 1), el bit cuántico o qubit puede estar en varios estados a la vez gracias a propiedades como la superposición o el entrelazamiento cuántico.
Pero no hace falta entender física avanzada para comprender lo esencial: esto permite una velocidad y una capacidad de procesamiento sin precedentes para tareas específicas como la simulación de materiales, la optimización logística, la inteligencia artificial avanzada o el análisis de datos a gran escala.
Por ejemplo, piensa en una empresa de transporte que tiene que organizar la ruta de reparto óptima entre cientos de puntos en una ciudad. Esto, conocido como «problema del viajante», es computacionalmente complejo. Hoy en día se usan algoritmos heurísticos que dan soluciones bastante buenas. Pero la computación cuántica puede ofrecer soluciones óptimas en una fracción del tiempo, lo cual puede ahorrar miles de euros en combustible y tiempo. Y no hablamos de ciencia ficción: empresas como Volkswagen ya han hecho pruebas de este tipo en ciudades como Lisboa.
Lo más interesante es que empresas medianas no necesitan construir sus propios ordenadores cuánticos para empezar a explorar esta tecnología. Plataformas como IBM Quantum, Amazon Braket o Microsoft Azure Quantum ya ofrecen acceso a ordenadores cuánticos en la nube bajo demanda.
¿Y qué oportunidades hay realmente para una pyme?
Ya, ya seguro que te estás preguntando, ¿pero, en qué me afecta a mí todo esto, si soy una pyme del sector agroalimentario, o una empresa de ingeniería, o una asesoría…?»
La respuesta es: más de lo que parece, aunque no de forma inmediata. Pero sí hay pasos concretos que ya puedes empezar a dar para no quedarte fuera:
- Evaluar procesos que podrían beneficiarse de la optimización o el modelado complejo. Si tienes problemas que implican grandes volúmenes de datos, combinaciones múltiples o simulaciones, probablemente sean candidatos a una futura mejora con computación cuántica. Imagina una empresa que trabaja con materiales innovadores: simular las propiedades moleculares de esos materiales es algo que los ordenadores cuánticos pueden hacer mejor que los clásicos.
- Invertir en talento o formación básica. Así como hace años se empezó a hablar de machine learning en empresas que luego terminaron contratando perfiles específicos, lo mismo puede suceder con la computación cuántica. Empezar a formar a uno o dos miembros del equipo en conceptos básicos puede suponer una ventaja competitiva dentro de cinco años.
- Estar al tanto de los avances en tu sector. Y es que, aunque no sea aplicable a todo el mundo aún, la computación cuántica puede cambiar las reglas del juego en muchos sectores.
Además, algunos gigantes tecnológicos están desarrollando lo que se conoce como algoritmos híbridos: es decir, que una parte del proceso se ejecuta en un ordenador clásico y otra en un cuántico. Esto hace que el salto no sea abrupto, sino progresivo y adaptado a la realidad actual de muchas empresas medianas.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, ignorar lo nuevo no te protege: te atrasa. La computación cuántica aún no está en todas partes, pero ya ha dejado de ser ciencia ficción para convertirse en una herramienta emergente con un enorme potencial. Empresas medianas con visión de futuro pueden empezar a prepararse ahora, de forma estratégica y sin grandes inversiones.
Desde Imagar, como expertos en consultoría informática, acompañamos a nuestros clientes no solo en los retos actuales, sino también en los pasos que hoy pueden parecer lejanos, pero que mañana serán imprescindibles.